El método mutuo
En el último post sobre historia de la educación comento que existieron intentos de hacer algo diferente a lo propuesto por Comenius.
Uno de ellos, que tuvo gran éxito y difusión, fue el de la escuela Lancasteriana o "Método Mutuo", que se basaba en una ideología meritocrática y en el precepto de confiar que los alumnos buscarán el premio (un ascenso, o hasta premios en dinero) antes que nada.
El método mutuo era económico, ya que un sólo docente podía dirigir una escuela de 500 alumnos, de ahí su éxito en los países de América como Argentina o México. ¿Cómo es posible?
Simplemente, el docente tenía contacto directo con los alumnos monitores, que eran alumnos que se habían ganado el puesto como recompensa por su desempeño destacado; estos alumnos tenían a su cargo grupos de otros alumnos, que también podían tener a cargo otro grupo o algún rol en particular.
Es así, por ejemplo, como había un alumno monitor que vigilaba la puerta de la escuela, y algunos otros roles rotativos que permitían el funcionamiento de una institución tan grande con tan poco personal.
A esto se agregaba que los alumnos que en la escuela tradicional aprendían a leer luego de su segundo año de escolaridad, en el método mutuo ya leían y escribían luego del primer año.
Si era tan bueno, ¿qué falló entonces?
En cada región diferentes motivos fueron llevando al abandono del método. En algunos lugares por demasiado militarista (la disciplina se basaba en la técnica del "vigilante vigilado", y no en el castigo posterior a la consumación del hecho como hasta entonces), en otros por excesivamente revolucionario (muchos líderes revolucionarios fueron formados en este sistema), o sencillamente por ser contrario a la educación católica. Al parecer existían frecuentemente abusos por parte de los monitores, y el alejamiento del docente evidentemente traería sus perjuicios a los más retrasados.
A este sistema les debemos las "orejas de burro" (en lugar del castigo corporal la vergüenza pública) y la noción de alumno monitor, que continuó aplicándose luego en sistemas mixtos.
Uno de ellos, que tuvo gran éxito y difusión, fue el de la escuela Lancasteriana o "Método Mutuo", que se basaba en una ideología meritocrática y en el precepto de confiar que los alumnos buscarán el premio (un ascenso, o hasta premios en dinero) antes que nada.
El método mutuo era económico, ya que un sólo docente podía dirigir una escuela de 500 alumnos, de ahí su éxito en los países de América como Argentina o México. ¿Cómo es posible?
Simplemente, el docente tenía contacto directo con los alumnos monitores, que eran alumnos que se habían ganado el puesto como recompensa por su desempeño destacado; estos alumnos tenían a su cargo grupos de otros alumnos, que también podían tener a cargo otro grupo o algún rol en particular.
Es así, por ejemplo, como había un alumno monitor que vigilaba la puerta de la escuela, y algunos otros roles rotativos que permitían el funcionamiento de una institución tan grande con tan poco personal.
A esto se agregaba que los alumnos que en la escuela tradicional aprendían a leer luego de su segundo año de escolaridad, en el método mutuo ya leían y escribían luego del primer año.
Si era tan bueno, ¿qué falló entonces?
En cada región diferentes motivos fueron llevando al abandono del método. En algunos lugares por demasiado militarista (la disciplina se basaba en la técnica del "vigilante vigilado", y no en el castigo posterior a la consumación del hecho como hasta entonces), en otros por excesivamente revolucionario (muchos líderes revolucionarios fueron formados en este sistema), o sencillamente por ser contrario a la educación católica. Al parecer existían frecuentemente abusos por parte de los monitores, y el alejamiento del docente evidentemente traería sus perjuicios a los más retrasados.
A este sistema les debemos las "orejas de burro" (en lugar del castigo corporal la vergüenza pública) y la noción de alumno monitor, que continuó aplicándose luego en sistemas mixtos.
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