Ser madre
Ser madre me cambió la vida.
Por empezar, ser madre me convirtió en miedosa. Tengo miedo, tengo terror, miedo al sufrimiento de mis hijos, terror a la muerte de ellos, pánico a morir antes de que ellos estén preparados.
Ser madre me quitó el idealismo y la entrega: si uno de mis hijos me dice que quiere hacer la revolución yo lo encierro bajo cuatro llaves argumentando que nadie que haya entregado su vida por esta patria logró algo demasiado loable… basta con ver dónde estamos ahora (como dice la canción de Los Piojos “las madres no queremos héroes”)
Ser madre me quitó las máscaras. Ya no puedo mostrarme complaciente con cualquier tipo de personas, tuve que dejar de ser tímida y empezar a comportarme en todos los ámbitos de la misma manera enseñándoles a mis hijos por medio del ejemplo.
Ser madre me envejeció: todas mis fichas están puestas en el juego. Esto me sitúa en un momento de mi vida en el cual, por primera vez, veo el futuro como un camino bocetado, teniendo que dejar de lado mis sueños de mochila con viajes largos y sin rumbo, cambios abruptos de profesión o feliz vida en una pobreza bohemia para poner los pies sobre esta tierra.
Ser madre y ser argentina me hizo valorar las comodidades materiales, valorar una buena obra social, un medio de transporte, una casa segura, el abrigo, la comida de primera calidad, todas cosas a las que jamás había tenido en cuenta.
Miedos, aceptación del sistema, poca diplomacia, vejez, materialismo y además estrías, panza, y otras huellas que los embarazos dejan en el cuerpo de toda madre como trofeos.
¿Qué tiene de bueno o de recomendable todo esto?
Ser madre me hizo feliz. Mi familia es el grupo más divertido, la mejor mesa donde conversar y el único espacio donde todos hablamos el mismo idioma. Mi familia es nuestro lugar, nuestro espacio que todos construimos y cuidamos a diario, que nos sostiene y en el que queremos estar.
Por empezar, ser madre me convirtió en miedosa. Tengo miedo, tengo terror, miedo al sufrimiento de mis hijos, terror a la muerte de ellos, pánico a morir antes de que ellos estén preparados.
Ser madre me quitó el idealismo y la entrega: si uno de mis hijos me dice que quiere hacer la revolución yo lo encierro bajo cuatro llaves argumentando que nadie que haya entregado su vida por esta patria logró algo demasiado loable… basta con ver dónde estamos ahora (como dice la canción de Los Piojos “las madres no queremos héroes”)
Ser madre me quitó las máscaras. Ya no puedo mostrarme complaciente con cualquier tipo de personas, tuve que dejar de ser tímida y empezar a comportarme en todos los ámbitos de la misma manera enseñándoles a mis hijos por medio del ejemplo.
Ser madre me envejeció: todas mis fichas están puestas en el juego. Esto me sitúa en un momento de mi vida en el cual, por primera vez, veo el futuro como un camino bocetado, teniendo que dejar de lado mis sueños de mochila con viajes largos y sin rumbo, cambios abruptos de profesión o feliz vida en una pobreza bohemia para poner los pies sobre esta tierra.
Ser madre y ser argentina me hizo valorar las comodidades materiales, valorar una buena obra social, un medio de transporte, una casa segura, el abrigo, la comida de primera calidad, todas cosas a las que jamás había tenido en cuenta.
Miedos, aceptación del sistema, poca diplomacia, vejez, materialismo y además estrías, panza, y otras huellas que los embarazos dejan en el cuerpo de toda madre como trofeos.
¿Qué tiene de bueno o de recomendable todo esto?
Ser madre me hizo feliz. Mi familia es el grupo más divertido, la mejor mesa donde conversar y el único espacio donde todos hablamos el mismo idioma. Mi familia es nuestro lugar, nuestro espacio que todos construimos y cuidamos a diario, que nos sostiene y en el que queremos estar.
3 Comments:
Iris: BELLÍSIMO. Escribes precioso, es un don maravilloso poder expresar la vida en palabras. Me emocionó leerte y me siento identificada con mucha de tu experiencia. Un gran abrazo en este día, espero que los festejos estén a la altura de tu "ser madre"
Cecilia Vasser
By Anónimo, at 5:44 a. m.
¡Qué hermoso Iris, lo que escribes! Me sentí muy identificada con cada frase que expresas. eSto de ser madre sí que nos ha cambiado la vida y la cabeza! pero qué maravillosa sensación!
Feliz día y un gran abrazo! Gracias por deleitarnos y compartir con nosotras todos tus conocimientos!
Josefina
By Anónimo, at 2:22 p. m.
Hola Iris,
Aunque no soy madre, pero sí padre, me siento identificado con el artículo. Me ha gustado mucho.
Roger
By Roger, at 3:25 p. m.
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